Como la gran mayoría de la gente, a lo largo de mi vida he formado parte de muchos cultos. Uno de ellos hacía uso de un concepto que me fue muy útil, incluso después de mi salida del culto. Este concepto, llamado “el container”¹, me dio elementos suficientes para comenzar a comprender lo que es el consentimiento y aumentar mi capacidad para negociar interacciones, especialmente aquellas de naturaleza sexual.
En el contexto del culto, el container se entendía como un protocolo explícito y previamente acordado que regulaba muchos aspectos de una interacción. En aquel entonces, la práctica central del culto tenía un container que demandaba el consentimiento rotundo de todas las partes y, por ejemplo, declaraba que “NO” era una respuesta completa a una solicitud. El intentar obtener alguna explicación adicional era considerado tabú, ya que se juzgaba que el rechazo expresado era hacia la propuesta, no la persona.
Si bien no todo el mundo se atenía a las reglas²; para mi fortuna en la mayoría de los entornos en los que me aventuré, el container generalmente se sostuvo bastante bien. Tengo muy presente el sinnúmero de ocasiones en las que interactué con algún hombre y respondí con un “NO” a alguna de sus solicitudes o en las que ajusté alguna de sus acciones sin temer a represalias o reacciones violentas de su parte. Además, también tuve la experiencia de estar del otro lado y recibí muchos “NOs” o ajustes. En esas ocasiones, frecuentemente tuve apoyo para negociar mis emociones desbordadas, si es que las había. Me es claro que el tener la experiencia de manera consistente de ese nivel de libertad y seguridad es algo muy poco común para la gran mayoría de las mujeres.
Criatura, las hadas son similares a los fractales.
Si después de una masacre la partícula más pequeña de un hada no es erradicada, esa partícula recrea al hada en todo su infinito, magnificándose a sí misma repetidamente.
Por tanto, un método para aniquilar a un hada es utilizar su infinidad en contra de sí misma.
Entre tanta inmensidad, hay lugares donde el hada no se conoce a sí misma del todo. Si encuentras esos puntos, puedes usarlos para persuadir a una parte de ella de que es necesario exterminar a otra parte, y el hada comenzará a eliminarse a sí misma.
Las hadas son criaturas minuciosas, por lo que no dejarán piedra sobre piedra en su esfuerzo por desaparecer algo de esta existencia.
Sin embargo, también son criaturas sumamente vivas. Hay muchas posibilidades de que descubran el engaño, y, si eso sucede, ten mucho miedo.
El hada se asegurará de que olvides quién eres y que intentaste destruirla. Cruelmente, te acercará a la locura.
Criatura, jugar a destruir un hada, es jugar con fuego, es jugar a aniquilarte.
Especialmente si el hada es tu propia madre.
Basado en la interpretación anterior de la palabra container, el Begemot es más una jaula que un container — una jaula que existe dentro de algo que se parece más a un container, y ese algo se llama Naturaleza.
El Begemot es parte de la Naturaleza, pero lo resiente. Más bien, le teme a la Naturaleza y refuerza el tener una relación contenciosa con Ella.
Esa es la prisión.
El Begemot es el intermediario con el que no quiero tratar, pero que no puedo hacer de lado.
Así que decidí confrontarlo.
Empecé a decirle la verdad a esta cárcel.
No eres suficiente para mí y mis deseos.
Eres un incompetente.
Eres muy inseguro.
Tus acciones no son adultas.
Le dije al Begemot: Eres una cárcel para todos, eres una cárcel incluso para ti mismo.
No seré tu sirviente.
No lo haré.
Entonces me di cuenta.
Al ajustar a mi capataz quiebro el pacto. Cuando intento establecer límites con mi carcelero me paso la jerarquía por el culo y eso es una locura, lo sé. Porque ¿cómo chingaos se hace eso? ¿Quién te enseña a hacerlo?
No es que ya tenga respuestas a estas preguntas. No. La hipótesis que estoy poniendo a prueba es que cada prisión puede revelar algo similar a un container, aunque sea uno muy jodido.
Voz inglesa de “contenedor”, está en la RAE, así que ¡no me juzguen, eh! Consideré usar otra palabra, como recipiente o estuche, pero desistí cuando vi que “container” o “contenedor” son voces también usadas en el ámbito de la tecnología para denotar algo que se usa para agrupar una aplicación con todos sus archivos necesarios en un entorno de ejecución y que como una sola unidad puede moverse con facilidad y ejecutarse en cualquier sistema operativo en cualquier contexto. Es decir, ahí funciona como descriptor de un “mini mundo” autónomo.
Gente de todos los niveles ignoraba elementos del container; pero, como ocurre en todas los cultos, dependiendo del estatus del miembro dependía la forma en que se abordaba o no su incumplimiento.
Este cuento se publicó originalmente en Facebook y luego se editó y se volvió a publicar en mi blog de Medium. Ha sido reeditado y también traducido al español para esta publicación.
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